Marina Abramović: antecedentes y revelaciones de su arte radical.
La Albertina Modern de Viena muestra la obra de toda la vida de la artista de performance Marina Abramović hasta el 1 de marzo de 2026.

Marina Abramović: antecedentes y revelaciones de su arte radical.
en los vieneses Albertina Moderna Los amantes del arte pueden esperar una impresionante exposición sobre la obra de la artista serbia Marina Abramović hasta el 1 de marzo de 2026. Ella ha estado dando forma al mundo del arte desde finales de los años 60 y es conocida por sus desafiantes y a menudo transfronterizas actuaciones. Esta retrospectiva no sólo revisa sus obras, sino que también permite a actores capacitados recrearlas, brindando una visión especial de su filosofía artística.
Marina Abramović ha recibido numerosos premios internacionales a lo largo de su carrera, incluido el León de Oro de la Bienal de Venecia y el Praemium Imperiale de Tokio. Su arte corporal, que utiliza el cuerpo como material, se considera un aspecto importante de su arte, incorporando hábilmente elementos físicos y hápticos. Experimenta una socialización estricta pero fría por parte de sus padres militares, quienes tuvieron un impacto duradero en su carrera artística.
Actuaciones intensas y su significado.
Una de las obras más famosas es “Ritmo 0” de 1974, donde puso su cuerpo a disposición como objeto. Los visitantes tuvieron la libertad de decidir cómo querían tratarla, lo que finalmente la llevó a excesos extremos que la dejaron herida. Estas y otras obras a menudo cruzan fronteras y resaltan su devoción, que se extiende hasta el punto de la extinción física.
La performance de 1977 “Imponderabilia” la muestra desnuda en una puerta con su compañero Ulay, creando una zona de extrema intimidad. El impactante “Barroco balcánico” (1997), en el que pasó días limpiando carne de una montaña de huesos, también refleja el horror de la guerra en Yugoslavia.
Arte y sanación
La exposición actual se centra en la conexión entre el arte y la curación. Hay bancos y puertas de cristal que tienen como objetivo purificar el alma. El último trabajo de Abramović, “El artista está presente” (2010), le exigió mantener la mirada del espectador durante ocho horas al día durante tres meses. Esta forma de interacción muestra de manera impresionante cómo crea un espacio entre el artista y el público y así crea una atmósfera muy especial.
La exposición en Viena es una oportunidad maravillosa para experimentar las diferentes facetas del trabajo de Abramóvic, desde instalaciones inquietantes hasta actuaciones desafiantes física y psicológicamente. Sus obras invitan a la reflexión sobre el dolor, la destrucción y la experiencia humana, y muestran cómo el arte puede ser un medio no sólo de expresión, sino también de sanación y reflexión.
Harald Schmid, comisario de la exposición, destaca la importancia de la obra de Abramović en el mundo actual: "El arte no es sólo disfrute, sino también una manera de abordar cuestiones sociales y animar a los espectadores a pensar". La exposición es una visita obligada para cualquier persona interesada en el arte contemporáneo y que quiera explorar las profundas emociones y pensamientos que puede desencadenar el trabajo de Abramović.