Enfermera arrestada en Viena: horror tras ataque a paciente con demencia
Una enfermera afgana fue arrestada en Viena después de abusar sexualmente de un paciente con demencia de 82 años. El incidente, descubierto por las cámaras de vigilancia, plantea dudas sobre la seguridad y la supervisión en los centros asistenciales.

Enfermera arrestada en Viena: horror tras ataque a paciente con demencia
En Viena, la capital de Austria, un trágico incidente en una residencia de ancianos causó horror y titulares. Una trabajadora sanitaria afgana de 25 años ha sido arrestada tras ser acusada de abusar sexualmente de una mujer de 82 años con demencia. El impactante incidente salió a la luz pública porque el hijo de la víctima instaló cámaras de vigilancia para velar por el bienestar de su madre. Cuando vio la transmisión en vivo, inmediatamente se dio cuenta del escandaloso hecho, lo que provocó que la policía interviniera rápidamente. Las imágenes de la cámara fueron entregadas inmediatamente a las autoridades y el sospechoso confesó el crimen durante el interrogatorio ante un juez de instrucción. Ahora se encuentra bajo custodia en la prisión de Josefstadt, y el tribunal alegó el riesgo de reincidencia como motivo de su detención.
La afectada, conocida en los medios como “Regina G”. Como se sabe, está gravemente traumatizado tras este incidente. Según su abogado, la mujer ha perdido la alegría de vivir y expresa repetidamente pensamientos suicidas. Se trata de una condición preocupante que pone de relieve la magnitud del trauma sufrido. Ha habido muchas reacciones públicas ante este terrible acto y el caso ha provocado un debate generalizado sobre las precauciones de seguridad en el cuidado de personas mayores.
Un fenómeno triste
El abuso sexual en los centros de atención es un problema grave que a menudo pasa a un segundo plano. Según una revisión de la literatura publicada en PMC, tanto los hombres como las mujeres mayores se ven afectados por el abuso. Si bien a menudo se identifica al personal de enfermería o a los residentes como los principales perpetradores, también hay casos en los que las mujeres aparecen como perpetradoras. Esta revisión demuestra que existe una necesidad significativa de mejorar el conocimiento y la investigación sobre la agresión sexual en centros de enfermería, particularmente en lo que respecta a los esfuerzos de prevención y respuesta.
La estimación mundial es que entre el 4% y el 6% de las personas mayores sufren abusos en sus propios hogares. En entornos institucionales, esta cifra podría ser incluso mayor, ya que los residentes en centros de atención suelen ser particularmente vulnerables y dependientes del personal de enfermería. La OMS documenta que en países como el Reino Unido y Estados Unidos, el 0,3% y el 0,6% de las personas mayores de 65 años han sufrido abuso sexual, respectivamente. El estudio estadístico resultante muestra un panorama alarmante: la mayoría de las víctimas padecen deficiencias cognitivas o fragilidad física.
Necesidad de cambio
Un aspecto clave que surge del caso actual y de los estudios científicos es la respuesta inadecuada de los centros de atención a tales incidentes. A menudo, los ataques no se documentan adecuadamente o no se toman las medidas necesarias para apoyar a las víctimas. Los centros asistenciales deben estar mejor formados en su responsabilidad para poder ofrecer a las víctimas no sólo ayuda médica sino también psicológica y contrarrestar tales abusos. El caso de Regina G. podría servir como una llamada de atención para tomar finalmente las medidas necesarias para mejorar la protección de las personas mayores en residencias de ancianos.
Mientras las autoridades continúan su investigación y el sospechoso enfrenta serios cargos criminales, queda la esperanza de que este aterrador incidente, que está causando indignación y debate público, pueda conducir a un cambio en la industria.