Refugiados ucranianos en Viena: ¡La lucha por el trabajo soñado sigue siendo dura!

Refugiados ucranianos en Viena: ¡La lucha por el trabajo soñado sigue siendo dura!

En Viena, los relojes corren de manera diferente a lo habitual para muchos refugiados ucranianos. Una de ellas es Irina, de Járkov, de 59 años, que tuvo que huir del ataque ruso a su tierra natal hace unos tres años. A pesar de sus muchos años de experiencia como comerciante de relojes, todavía no ha podido encontrar trabajo en Viena y vive de lo básico, que sólo le reporta unos 400 euros al mes. Después de deducir el alquiler de su pequeña habitación, a ella y a su compañera de cuarto les quedan sólo 250 euros.1Como muchos otros ucranianos, Irina presentó su solicitud a varias cadenas de supermercados, pero no recibió respuesta alguna. Buscar trabajo no es rentable, especialmente para las mujeres, que a menudo tienen pocas oportunidades de trabajar a tiempo completo debido a las necesidades de cuidado de los niños.

Una mirada a las cifras muestra que en Austria la tasa de empleo entre los refugiados ucranianos es casi del 50 por ciento. Muchos de ellos trabajan en los sectores del turismo, la hostelería, el comercio minorista y la atención sanitaria. El problema es particularmente notable para las mujeres con hijos, a quienes les resulta difícil aceptar trabajos que no sean a tiempo parcial debido a los cuidados que requieren.1Otro obstáculo es la regulación que permite ganar 110 euros adicionales, descontándose 65 céntimos por euro de la oferta básica. Esta regulación es a menudo criticada como inadecuada y los expertos sugieren considerar el ingreso mínimo como una posible solución.

Obstáculos en el camino hacia la integración

Sin embargo, las dificultades a la hora de buscar empleo suelen empezar con el reconocimiento de las cualificaciones. Alrededor del 75 por ciento de los desplazados ucranianos tienen títulos académicos, pero enfrentan estrictas regulaciones de reconocimiento. Este es también el caso de Anastasiia Petrenko, quien creó un grupo en Telegram para médicos de su país de origen. El grupo ayuda a establecer contactos e intercambiar ideas sobre oportunidades laborales.1

Pero el apoyo de las autoridades no siempre está ahí. En Alta Austria y Viena los refugiados ucranianos están obligados a registrarse en el Servicio de Empleo (AMS), pero muchos se quejan del apoyo insuficiente y la mala comunicación de las instituciones. Un ejemplo de ello es Oleksandr Nadraha, que después de recibir un asesoramiento intensivo encontró trabajo junto con su familia.1

La situación de los refugiados ucranianos en el mercado laboral es comparable también a la de otros países. En Alemania, por ejemplo, alrededor de 296.000 refugiados ucranianos encontraron empleo en noviembre de 2024, lo que corresponde a sólo el 31,7 por ciento de la participación en el mercado laboral. Aquí se puede observar un desafío similar: las mujeres, que a menudo son madres solteras, tienen menos acceso al empleo permanente. Casi el 80 por ciento de los refugiados no sabían alemán cuando llegaron, lo que dificulta aún más la integración. Pero después de unos dos años en Alemania, más de la mitad afirma que sus conocimientos del idioma alemán son buenos o al menos aceptables.23

El camino a seguir

Es de esperar que nuevos programas como “Jobturbo”, lanzado en otoño de 2023, puedan promover aún más la integración de los refugiados ucranianos. A pesar de los desafíos, muchas personas comprometidas demuestran que existen formas importantes de crear oportunidades. La voluntad de participar en cursos de integración demuestra que estas personas están preparadas para integrarse en su nuevo hogar y aportar una contribución positiva. Se necesitan urgentemente avances rápidos en materia de asesoramiento y apoyo para ofrecer a los refugiados ucranianos perspectivas reales.3