¡El maestro deshollinador transforma la profesión en un todoterreno energético!
Descubra cómo se está desarrollando la profesión de deshollinador en Döbling y por qué se promueve una educación sostenible para las mujeres.

¡El maestro deshollinador transforma la profesión en un todoterreno energético!
El trabajo de un deshollinador está cambiando. Y no sólo por las nuevas tecnologías, sino también por la tendencia hacia la energía sostenible. Thomas Gollner, un experimentado maestro deshollinador de Viena, está comprometido con el cambio. Trabaja por cuenta propia desde hace 18 años y dirige su empresa en Schegargasse 1, en el distrito 19. Gollner se hizo cargo de la empresa en 2007 y desde entonces se ha consolidado como pionera en la formación de aprendices, especialmente de mujeres. En mayo de 2025, su empresa ganó el reconocido premio “AmaZone” por su especial compromiso con la formación de niñas y jóvenes en profesiones técnicas. Gollner y su equipo están formando actualmente a dos aprendices, entre ellos una mujer.
"Las mujeres no deberían verse perjudicadas ni favorecidas en el trabajo", subraya Gollner. La profesión de deshollinador, tradicionalmente considerada puramente física, se está desarrollando cada vez más hacia la tecnología. Gollner ha recibido formación adicional en este ámbito, también como asesor energético y limpiador de ventilación. “Veo la necesidad de que nosotros, los deshollinadores, nos convirtamos en verdaderos todoterreno”, explica. Para Gollner es fundamental una formación continua y un control periódico de los ventiladores de chimenea, especialmente en el sector de la gastronomía. En su opinión, el municipio también podría encargar esta tarea a los deshollinadores.
Información sobre la formación
Las experiencias de las mujeres jóvenes en el lugar de trabajo muestran el cambio. Una entrevistada, que regresó al negocio de sus padres como maestra deshollinadora, no tenía previsto inicialmente dedicarse a esta profesión. Sin embargo, tras formarse como oficinista y experimentar en grandes empresas, decidió formarse como deshollinadora. "La decisión surgió del progreso técnico y de la posibilidad de combinar la artesanía con el conocimiento técnico", informa.
En su primer servicio del campo recibió muchos comentarios positivos. "Los clientes respondieron con entusiasmo a la joven de la zona rural", afirma. El perfil laboral ha cambiado en los últimos 25 años; Cada vez se añaden más actividades nuevas, como mediciones de gases de escape y pruebas de fugas. Como antiguos amuletos de la suerte, los deshollinadores siguen siendo responsables de la seguridad y la eficiencia de los sistemas de calefacción. Gollner y el entrevistado coinciden: para captar talentos jóvenes, es necesario conocer el perfil profesional y presentarlo positivamente en las escuelas.
La protección del medio ambiente como vocación
El trabajo de un deshollinador ahora también se considera desde la perspectiva de la protección del medio ambiente. Se les considera ambientalistas porque no solo velan por la seguridad de los sistemas contra incendios, sino que también realizan mediciones de emisiones para comprobar las emisiones contaminantes. Gollner destaca que esta responsabilidad es cada vez más importante. En la sociedad, el deshollinador todavía se considera un amuleto de buena suerte, que enriquece aún más la profesión.
Gollner anima a sus alumnos a estar siempre interesados y a superar los retos con paciencia. Está pensando en crear un grupo de formación para animar a más empresas a formar aprendices. “Al fin y al cabo, el contacto social con nuestros clientes y las vistas de Viena no son sólo mi trabajo, sino también mi pasión”, concluye el maestro. Un trabajo apasionante que ofrece mucho más que la tradicional imagen de deshollinador.