El hormigón como protector del clima: ¡así lucha nuestra ciudad contra las olas de calor!
Descubra cómo Viena utiliza el hormigón como solución a las islas de calor urbanas y al cambio climático, para mejorar la calidad de vida en la ciudad.

El hormigón como protector del clima: ¡así lucha nuestra ciudad contra las olas de calor!
En ciudades como Viena hace cada vez más calor, y no sólo desde ayer. El calor extremo y las olas de calor hace tiempo que se han convertido en parte de la vida cotidiana. Esto no sólo significa un riesgo cada vez mayor para la salud de los residentes, sino también que la calidad de la vida al aire libre se vea afectada. Según un informe de meinkreis.at El número de días calurosos en Viena se ha duplicado en los últimos 30 años. Además de las olas de calor, existe otro desafío: las lluvias intensas y las tormentas están aumentando debido al cambio climático. Esto puede provocar inundaciones, lo que supone una carga para las redes de alcantarillado en muchas ciudades como Viena.
El hormigón como material de construcción podría ser un factor decisivo en esta situación crítica. El hormigón tiene la capacidad de reflejar la luz solar, evitando el sobrecalentamiento de los espacios públicos y las calles. Además, el uso de adoquines de hormigón de colores claros permite el almacenamiento local del agua de lluvia, lo que ayuda a prevenir inundaciones. El llamado principio de ciudad esponja, según el cual el agua de lluvia se dirige a la zona de las raíces de los árboles, se utiliza cada vez más en las ciudades para mejorar el clima. Esto no sólo favorece el crecimiento de los árboles, sino que también refresca el microclima. En Viena, este principio ya se está aplicando con éxito en el distrito Wolfganggasse de Meidling.
El cambio climático está afectando la vida urbana
Los desafíos del cambio climático son enormes. Según el EEE Los riesgos causados por el cambio climático aumentan especialmente en las zonas urbanas. Aproximadamente tres cuartas partes de la población europea viven en ciudades. Estas áreas son vulnerables a olas de calor, inundaciones y otros extremos climáticos. El llamado efecto isla de calor urbano, provocado por superficies y edificios artificiales, contribuye a que las temperaturas en las zonas urbanas sean significativamente más altas que en las rurales.
Para abordar estos desafíos, el gobierno federal ha desarrollado la Estrategia Alemana de Adaptación al Cambio Climático. Esta estrategia proporciona un marco de políticas para la adaptación intersectorial a los próximos cambios climáticos. Los informes de progreso describen cómo se están implementando las medidas y qué desafíos aún existen. La gestión del agua de lluvia juega aquí un papel central. La Asociación Alemana para la Gestión del Agua, las Depuraciones y los Residuos ha recopilado información al respecto y pide un cambio activo en el uso del agua en el desarrollo urbano.
Planificación urbana del futuro
Un enfoque eficaz para mejorar la resiliencia urbana al cambio climático podría ser la integración de infraestructura verde. Los proyectos de investigación desarrollan estrategias para planificar e implementar estos elementos en las ciudades con el fin de aumentar la calidad de vida y poder responder mejor a los desafíos climáticos. La idea del principio de ciudad esponja juega aquí un papel central. Mediante el diseño específico de zonas urbanas con materiales permeables no sólo se puede regular el microclima local, sino que también se contribuye activamente a la protección del clima.
El futuro de los espacios urbanos está estrechamente ligado al clima. Es importante tener buena mano en la planificación y aplicación de medidas adecuadas para garantizar la calidad de vida individual en ciudades como Viena. El desafío es grande, pero con soluciones inteligentes, como el uso de hormigón y la idea de la ciudad esponja, podría ser posible enfrentar el cambio climático.