Sigmund Freud: El dramático éxodo de Viena y sus herederos

Sigmund Freud: El dramático éxodo de Viena y sus herederos

En medio de la turbulenta historia del siglo XX, es difícil ignorar a una figura tan fuertemente asociada con el psicoanálisis como Sigmund Freud. Los tiempos oscuros que marcaron la vida y obra del fundador del psicoanálisis se iluminan actualmente con la exposición "El caso Freud. Documentos de la injusticia" en el Museo Sigmund Freud. Este espectáculo se extenderá hasta el 9 de noviembre de 2026 y arroja luz sobre las desgarradoras circunstancias que acompañaron la fuga de Freud de Viena en 1938.

El 12 de marzo de 1938, la Wehrmacht invadió Austria y los acontecimientos en Alemania, que ya se habían observado desde la entrega del poder a Hitler en enero de 1933, aumentaron en intensidad. El propio Freud tuvo que huir de su ciudad natal con su familia el 4 de junio de 1938. En un conmovedor acto de fuga, abandonó Viena con su esposa Martha, su hija Anna, 20 maletas y su querido perro Lün. Tomaron dos taxis hasta la estación Oeste, de donde partió el Orient Express a las 15.14 horas. y llegó a Londres a la estación Victoria el 6 de junio de 1938. En la primavera de 1939, un total de 38 psicoanalistas amenazados habían abandonado la ciudad, lo que indica la rápida organización de esta fuga de Londres. Anna Freud informó a su padre y ayudó a acelerar la fuga de la mayoría de sus colegas.

El trauma de la fuga

La exposición muestra de forma exhaustiva cómo Freud y su familia afrontaron la pérdida y la incertidumbre de su tiempo. Particularmente significativos son los documentos históricos aportados por la compañía naviera E. Bäuml, que participó en la documentación del sereno mobiliario de los Freud. El propio Freud dijo en una carta a su hermano Alexander que sólo podría sentirse “libre de nazis” una vez que sus muebles hubieran llegado a Londres. Estos fueron finalmente entregados el 8 de agosto de 1939 y formaron la base de su nueva vida en Maresfield Gardens, al que cariñosamente llamaron "Berggasse", en honor a su casa en Viena.

Sin embargo, la dolorosa historia no termina con la fuga de Freud. La exposición también aborda el destino de sus cuatro hermanas que no pudieron escapar. Fueron deportados a Theresienstadt en 1942, donde murió Adolfine Freud, mientras que Rosa Graf, Pauline Winternitz y Maria Freud fueron asesinadas en Treblinka. El hermano de Sigmund, Alexander, terminó en Toronto, donde murió en 1943. Queda claro que la persecución de los psicoanalistas se basó principalmente en sus orígenes judíos, no en sus escritos o trabajos científicos.

El olvido amenazado del psicoanálisis

El antisemitismo que prevaleció durante los años del nacionalsocialismo costó la vida a muchos psicoanalistas. Como puede verse en un estudio reciente sobre Adolf Josef Storfer, cuyo destino lo llevó de Viena a Shanghai y finalmente al exilio en Australia, el escenario del psicoanálisis fue diezmado por la persecución y el asesinato. Los resentimientos antisemitas no terminaron con la fuga, sino que recorrieron toda la historia del psicoanálisis y exigieron constantemente el coraje para luchar contra la injusticia. Estos aspectos son cruciales para comprender la historia del psicoanálisis y sus protagonistas.

La exposición “El caso Freud” en el Museo Sigmund Freud no sólo ofrece una visión de la vida de uno de los más grandes pensadores de la psicología, sino que también destaca las tragedias humanas y las consecuencias inimaginables del antisemitismo. Vale la pena una visita para conocer esta oscura pero importante historia y mantener vivo el legado del psicoanálisis. En un país donde alguna vez trabajó Freud, ahora se muestra su retrato después de que fue expulsado por la fuerza. Hay mucho por descubrir y reflexionar.