The Running Man de Edgar Wright: ¡Espectacular pero emocionalmente plano!
The Running Man 2025 de Edgar Wright: una aventura distópica costosa y visualmente impresionante que carece de emoción.

The Running Man de Edgar Wright: ¡Espectacular pero emocionalmente plano!
Hoy, 17 de noviembre de 2025, la reinterpretación de “The Running Man” dirigida por Edgar Wright es tema de conversación. La película, que fue producida con la impresionante suma de 110 millones de dólares, presenta ciudades con luces de neón y tomas de seguimiento dinámicas que cautivan al público.
En la primera mitad de la película, el protagonista Ben Richards, interpretado por Glen Powell, se ve envuelto en un programa de televisión distópico en el que es perseguido por una horda de asesinos. Las emocionantes secuencias se complementan con elementos de programas de entrevistas y actividades apasionantes, mientras que la construcción del mundo parece compleja pero no del todo coherente. Muchos aspectos de la historia siguen sin explicarse y plantean preguntas.
Dramaturgia y decisiones estilísticas.
En el segundo acto, la película se ralentiza, haciendo que parte de la emoción y el espectáculo visual iniciales se desvanezcan. Aquí es donde se pone a prueba la emotividad de la película, ya que la sustancia detrás de la fachada resulta bastante fina. Si bien los elementos satíricos del original, que apuntan a la histeria mediática y al sensacionalismo, están presentes, en el nuevo contexto parecen mansos y predecibles.
El cambio de esta versión desde el final cínico del libro hacia un final inspirador aporta un nuevo sabor a la narrativa, pero no logra lograr el elemento emocionalmente profundo del original. Glen Powell lucha por encontrar el equilibrio entre superviviente y héroe trágico en términos de desarrollo del personaje.
Brillantez técnica y vacío emocional.
Técnicamente, “The Running Man” es notable; Tanto el trabajo de cámara, como el montaje y la música son de gran calidad. Los efectos son impresionantes, pero a menudo uno pasa por alto la profundidad emocional que podría haber conllevado la ambivalencia del original. La película intenta posicionarse como una distopía crítica y un éxito de taquilla, pero no logra ninguno de los dos objetivos. Aunque sigue siendo estilísticamente bien escenificada y audiovisualmente embriagadora, el espectador no tarda mucho en reconocer su monotonía emocional.
La distopía en la que se desarrolla esta historia se puede caracterizar por rasgos clásicos como el control estatal, la violencia y la vigilancia. Estos elementos han dado forma a muchas películas, algunas de las cuales, como “Metropolis” o “1984”, se encuentran entre las distopías más conocidas. Muestran de manera impresionante cómo las estructuras sociales pueden desarrollarse en condiciones miserables. Las películas distópicas a menudo abordan la discriminación, la contaminación ambiental o los peligros de los avances tecnológicos, aspectos que también se notan en “The Running Man”, aunque no siempre implementados de manera convincente. Otros clásicos de la distopía incluyen “Blade Runner” y la serie “Los juegos del hambre”, que ilustran lo que puede suceder cuando la sociedad se ve bajo presión.
En resumen, The Running Man de Wright ofrece una experiencia visual emocionante, pero al mismo tiempo carece de la profundidad emocional que podría cautivar a la audiencia. Por lo tanto, queda por ver si la película será recibida por el público y cómo podrá alcanzar el estatus de culto de la versión original o no.
Para más detalles sobre la distopía y sus adaptaciones cinematográficas, puedes consultar Wikipedia.