Abuso de carritos de compra en Viena: ¡los precios elevados provocan el robo de planchas de barbacoa!
Christina Lindemeier se dio cuenta de que le faltaba la rejilla de su carrito de la compra en la calle Landstrasse de Viena. ¿Una señal de aumento de la inflación?

Abuso de carritos de compra en Viena: ¡los precios elevados provocan el robo de planchas de barbacoa!
Christina Lindemeier, una doctora de Viena, fue testigo de un extraño incidente mientras compraba que trastornó la mente de la gente. En un supermercado de Viena-Landstrasse se dio cuenta de que faltaba la pared lateral derecha de su carrito de la compra. Este percance provocó que los productos se cayeran del carrito al colocar una lechuga iceberg fresca. En la caja informó a un empleado sobre el coche averiado, quien no tenía precisamente buenas noticias. “Este es el tercer o cuarto incidente”, explicó, llamando la atención de los clientes sobre una tendencia alarmante: las parrillas del coche se cortan con un flexo y se utilizan como parrilla. Una parrilla Weber cuesta más de 35 euros; no es de extrañar que en tiempos de subida de precios se convierta en el centro de atención a la hora de comprar.
Los tristes acontecimientos que rodean a los carros de la compra son sintomáticos de la situación actual en muchos supermercados. En una sucursal que antes contaba con 200 carritos de compras, actualmente solo quedan 60. El empleado informó que algunos clientes se llevan los carritos a casa y no los devuelven. Estas prácticas resultan no sólo en una pérdida clara, sino también en una pérdida generalizada del respeto por la propiedad comunitaria. "Me entristece la falta de respeto y el mal uso de los carritos de compras", dijo Lindemeier, expresando su consternación.
El marco legal
En Alemania, según la normativa, no está permitido sacar carritos de la compra del supermercado. Los informes anuales muestran que cada año se roban alrededor de 100.000 carritos de la compra, lo que deja a los supermercados con pérdidas de unos 15 millones de euros debido a la pérdida de ingresos. El valor de un carrito de la compra varía y oscila entre 100 y 250 euros, lo que ilustra la pérdida sufrida. Algunos supermercados están intentando combatir esto implementando sistemas que permiten que las ruedas se bloqueen tan pronto como se sale del local.
Tomar prestado un carrito de compras sin permiso se considera “usurpación de uso”, lo cual no es un delito penal, pero puede tener consecuencias de derecho civil. En caso de robo real, es decir, si no se devuelve el carrito de la compra, se puede castigar con una pena de prisión de hasta cinco años, como se puede leer en el blog strafrecht-mv.de. Estos marcos legales resaltan el problema que debe ser considerado no sólo moralmente sino también jurídicamente.
Un caso aislado y sus implicaciones
Una historia especial de Alemania subraya el dilema: una mujer de 80 años cogió un carrito de la compra del aparcamiento de una tienda EDEKA, invirtió en él 50 céntimos y lo utilizó para hacer la compra. Después de su uso, el coche fue a su apartamento y lo utilizó para realizar más compras. Las consideraciones legales de esta historia muestran lo difícil que es trazar la línea entre el uso permitido y el robo. La cuestión sigue siendo si el supermercado ha hecho realmente una declaración de intenciones de transferir la propiedad.
En resumen, lidiar con los carritos de compras es una cuestión que va mucho más allá de una simple cuestión banal de disciplina en el supermercado. Plantea interrogantes sobre el comportamiento social en los tiempos actuales de inflación. Es de esperar que la educación y la sensibilización promuevan un trato más respetuoso de la propiedad compartida, para que los carritos de la compra no se reduzcan a un símbolo de nuestro tiempo.